La ciudad de Cádiz en el 1812 no sólo fue reconocida por la
promulgación de la Constitución. La
situación como único puerto marítimo y las influencias de los franceses e
ingleses hicieron que la ciudad se caracterizase también por otros eventos y
costumbres novedosas que no existían en otros lugares. Cádiz se convirtió en una buena escuela de
moda, su comercio de importación era el que proporcionaba los nuevos modelos
extranjeros en telas, encajes o estilos de mangas a la inglesa.
El siglo XIX fue un siglo de cambio. Del paso del
absolutismo al liberalismo. Esto significa un nuevo concepto de libertad.
Libertad en todos los ámbitos; libertad económica, de prensa, de libertad de
expresión, dosis fuertes de individualismo, etc.
La moda en el siglo XIX ha marcado la clase social a la que
pertenecían las personas. Llevar una ropa u otra era signo de clase y
elegancia. Las confecciones de seda,
casaca, chupa y calzón caracterizaban a la clase alta y las prendas más
sencillas, más anchas que permitía la libertad de movimiento a la clase más
baja. Este siglo se va a diferenciar a la sociedad en muchos ámbitos, por
ejemplo, en el sufragio censitario del principio del liberalismo. Sólo los más
ricos podían votar, para así conseguir que el voto fuese más de calidad que de
cantidad. Los tipos de sufragios irán
cambiando a medida que avanza este siglo.
En España, la
invasión napoleónica a nuestro país en 1808 hizo que entrase nuevas modas, un estilo más afrancesado. Pero no por ello, todo
era así. La línea masculina, tal vez por sus viajes de negocios y por la
influencia de otras personalidades que vestían elegantemente era frecuente en
Cádiz, les gustaban vestir a la inglesa
o como decía Alcalá Galiano “vestido a la liberal” prenda como el pantalón corto
y sombrero de copa como complemento. En cambio, las mujeres eran más tradicionales. Decía Alcalá Galiano “las pocas visitas de
mujeres extranjeras hizo que la moda femenina tardasen mas en adaptarse”.
Entre la moda femenina destacaba, el vestido camisa. Tejido con telas finas blancas de algodón, talle
alto, aporta sencillez y libertad de movimientos. Estas prendas al ser muy finas
era necesario de optar por un abrigo, de jubones muy cortos y abiertos por delante, denominados spencer. En el siglo XIX hacía referencia a la prenda corta y
ajustada, con o sin mangas y especialmente aplicada a la indumentaria popular. También
se usaba mucho el chal, los más
apreciados fueron los de cachemira,
en tejidos de lana muy fina y con dibujos típicos de palmas y atractivos y
variados colores. Que se convirtieron en signo de elegancia y riqueza.
Prendas femeninas en el siglo XIX/ Imagen Rocío Chanivet |
Complementos de prendas femeninas/Imagen Rocío Chanivet |
Las faldas eran alargadas y ahuecadas. Llevaban debajo la crinolina o miriñaque que acampanaba a
la falda. Los sombreros cada vez más grandes, con muchas plumas y perifollos.
Las clases populares llevaban el típico traje a la española,
que serán muy alabadas por autores extranjeros, así como el traje de Manola.
La mantilla era
muy popular. Se puso de moda aunque el pueblo se seguía vistiendo de forma
castiza. Se seguirá llevando la crinolina.
A finales de los 1870, la crinolina se transforma en polisón, lo pone de moda la reina María de Las Mercedes.
Las mujeres no llevaban ropa interior tal y como conocemos
hoy en día. En el siglo XIX la lencería íntima se llamaba chambra, toma nombres del francés chambre que significa habitación.
Eran camisas en tejido de algodón que era larga hasta las rodillas. La camisa
raramente estaba adornada de encajes.
Hubo uniformes militares como; voluntarios de Cádiz,
uniformes del ejército y de la marina españoles.
A mediados del siglo XIX
es cuando se cerrará el pantalón por la abertura vertical que llamamos
bragueta. En esta mitad de siglo, la
camisa masculina era cerrada y se ponía por la cabeza. La calzona es el nombre que reciben el pantalón o calzón hasta media
pierna que lleva el traje campero en Andalucía. Término que se sigue usando a
un tipo de pantalón que no es ni corto ni largo.
La capa española
o castellana es una prenda típica española que tienen todos los hombres en sus
capitales de bienes que usaban para cubrirse y abrigarse. En 1812-1813 se
utilizó mucho el capoté inglés.
Distintos tipos de prendas de hombre/ Imagen Rocío Chanivet
Los majos y majas
personajes de barrios humildes, que a principio del siglo XIX llegaron a ser
muy populares. Se dedicaban a lo más
diversos oficios; carpintero, albañil, herrero, carnicero. Las mujeres eran
descaradas y los hombres desafiantes.
Las prendas, vestimentas y los diferentes estilos convertían a Cádiz en la cuna de la moda. |
Etiquetas: prendas, vestuarios, vestimentas, moda, 1812
Fuentes: Libro Historia del vestido
Libro Historia del traje del siglo XIX en España
Libro El Cádiz de las Cortes. Ramón Solís
Libro Historia del Pensamiento Político. Salvador Giner
Declaraciones de los modistas Teresa Torres y Javier Cosano
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